Grabois el indio
El Malón de la paz se acerca a Córdoba mientras Juancito Grabois es homenajeado por cumpas indígenas en la conferencia con el Evo. Les jipis tan en temporada de invierno.
Por Tomás Astelarra | Ilustración: Fuska.visual
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Hay un shock de energía y cierta desconcentración y cansancio cuando la plaga de turistas invade El Valle. Ya sea en verano, o en las vacaciones de invierno, el ecosistema se descontrola. Y es que dentro de la plaga de turistas también se infiltran amigues y familiares que se les ocurre venir a visitarnos justo cuando estamos a full trabajando en ferias y locales, vendiendo churros por los ríos o alguna changa ocasional, además de los quehaceres cotidianos de construir nuestras casas, mantener nuestras huertas y organizaciones populares, lidiar con el estado de precariedad técnica permanente, la cuadratura o cierta condición retrograda de algún astro, nuestras transformaciones personales, constelaciones familiares, hijes sin escuela, o cuando de casualidad a algún sobrine se le ocurre el infortunio de haber nacido en estas fechas y querer festejarlo. Por lo general lo primero que se deja de lado es el yoga, la meditación, la siesta, el momentito de rapé y sananga, o cualquier terapia que ayude a calmar la mente. Eso evidentemente no ayuda al ecosistema descontrolado. No es un buen momento para tomar carqueja.
Me acosté tarde cansado y con mucho trabajo. Y me levanté igual: cansado y con mucho trabajo. Por suerte me doy cuenta que el sol no terminó de salir y por ende la batería está descargada y no puedo conectar el celu y la compu. Si bien ya no hace tanto frío como pa salir de la cama y lavar platos, o baldear el piso, o regar las plantas, o acomodar el reciclado, la pereza me guiña un ojo y aconseja el ya clásico: un ratito más.
Cuando me levanto dos horas después de lo esperado la batería sigue sin cargar. Algo ha sucedido con el sistema eléctrico solar. Ya veremos como solucionarlo o encararemos pa lo de algún vecine con facilidades eléctricosolares. Al abrir la canilla para los primeros mates me doy cuenta que tampoco hay agua. Vuelvo a mi cama, me tiró un rapé y vuelvo a dormir. A la mierda con todo.
Al levantarme pasado el mediodía, el agua ha vuelto y detrás de ese maravilloso sonido cristalino escuchó el silbido de mi vecino Catulio, que justo se le ocurrió venir a manguearme un tabaco y una charla. Mi vecino Catulio es electricista. Sorbe el último mate, termina el tabaco, y redondeando el concepto de geopolítica del imperialismo incaico pre civilizatorio, se excusa pa ir a su casa a buscar un tester y su bolsito de herramientas.
Me dispongo a reubicar las botellas vacías con la carretilla cuando escuchó otro silbido. No es otro que el capo de Chicho Serna que viene con la Bruja Suárez y Don Nadaísta Vicente (exiliado de Uruguay por falta de agua). Traen como siempre, vino, pan y chorizo. Y unas buenas dosis de tabaco y marihuana. No terminamos de prender el fuego cuando aparece cantando con su aguayito la Cachi Mayor, vieja compañera de andanzas por el continente, artista integral, que actualmente vive en Purmamarca. Ni bien concluyen los abrazos, las noticias, y una chayita de coca pa bendecir el encuentro, el Chicho le pregunta por la indiada de Jujuy y el Malón de La Paz.
-Y… viste como son los indios-comienza el relato la Cachi-Son muy austeros, muy pazcientes, hasta parecen serviles y obedientes, pero cuando terminas de tocarle los huevos o las tetas, cagaste. Lo van a terminar tumbando a Morales, como tumbaron al Goñi y a Añez. Ya sacaron los trabucos del canuto, se organizaron. Es increíble, de repente el heladero es curaca, la sirvienta jefa de relaciones exteriores y el tipo que pide monedas un experto en bombas molotov. Una organización latente y subterránea, que cuando aparece es implacable, lleva en sus espaldas decenas de generaciones de organización popular. Casi que actúan por reflejo, por puro dinamismo natural, como un enjambre de abejas invadiendo tu casa cuando se quedan sin comida o agua. Ahí en el corte de la ruta 9 con el camino que va a Purmamarca hicieron una chakana y una tremenda ceremonia ancestral. Quedamos todas las gringas heladas. Tamos esperando a ver cuando empiezan a tirar rayos. Igual es intenso, conmovedor, hasta medio insoportable para gringues como nosotres, que nos asustamos por un corte de luz. Me hizo acordar a los libros de Manuel Scorza.
-El otro día vino una banda de jóvenes jipis bien intencionados a pedirme consejo pa hacer una colecta pa enviar alimentos pallá. Les dije que no se preocuparan, que tiene más alimento que nosotres – aporta el Chicho Serna.
-Tal cual -asiente la Cachi- Mejor que un cinco estrellas comimos. Bajaron las cholas con maíz, api, vacas enteras, mucha verdura, hasta tazones de chocolate. Lo mismo le digo yo a mis bienpensantes amigas progreporteñas: No se preocupen que va a haber muertos. Y ellos saben que tienen que poner muertos. Es parte del proceso natural de la lucha. Después los honraremos el 2 de noviembre. Pero para que halla revolución tiene que haber muertos. Por eso no hacen estos quilombos por cualquier cosa. Pero se están metiendo con las comunidades, con el agua, con la pacha, con el ojo de les adolescentes…Naquever.
-El otro día me impresionó en la conferencia con el Evo que vinieron las cumpas a traerles poncho y guirnaldas como en los actos originarios de allá en Bolivia-afirma como pregunta Vicente.
-Es que Juan tiene relación con varias comunidades y las viene ayudando. En Chaco, Jujuy, algunos mapus creo también, han creado una organización de economía popular plurinacional, no recuerdo aún el nombre. Por eso los cartelitos en quechua y aymara. No es solo publicidad. Si hasta me dijo una amiga dirigenta warpe que se estaban reuniendo con él. Y eso que el peronismo a los indios no le cae bien – cuenta la Bruja Suarez, que a falta de algo que hacer sacó unas bolsa con más bolsas de arpillera adentro, las desdobló, las desanudó y volvió a anudar para hacer un pasacalles de Grabois presidente con unas temperas que le robo a la nieta.
-Y…claro. Después del ole que le hizo el Pocho Perón al Malón de la Paz en los cincuenta, muy contentos no quedaron- teoriza Vicente que es un gran lector de Valko.
-Igual el Pocho era descendiente de indios- ya empieza a defender el chico P, que aparece sorpresivamente entre unas jarillas, sonriente de ver semejante consejo alrededor del fuego.
-Mirá, en este mundo y este país que vivimos, que un chango del palo, que además es candidato a presidente, que haga discursos, además de hablando de los bienes comunes, el cuidado de la Casa Común, el fucking imperialismo y tierra, techo y trabajo, se remonte en la historia más allá de San Martín y Belgrano, para mencionar a nuestros hermanos indígenas, la verdá, la verdá, creo que es un signo de la nueva era-medio que grita la Bruja, pucho en la boca, mientras pinta el pasacalles.
-¿Bo decí que Grabois es indio?- le pregunta Vicente
-Como dice el abuelo Rocky: si los indios no se ponen las plumas, las plumas no las ponemos nosotras.
-Si hasta la abuela Amta que tanto me chicanea con eso de Juan Grabois el otro día me mandó un mensaje alabando a ese pibe. Tiene huevos, me dijo- comenta el Chicho antes de lanzar una sonora carcajada.
-Y…-se entusiasma el chico P pensando en la campaña. El envolvente decayente de la Y comienza a transmutarse de duda a pregunta o sugerencia en tono de exclamación, a la vez que la cabecita de nuestro amigo peronista jipi recorre el fuego, los concurrentes, se eleva hacia el apu Champaquí y luego al Tata Inti pa pedir permiso.
-¿Y si le decimos a la abuela Amta o el Taita Rocky que hagan una ceremonia de rezo y bendición para Juan Grabois?
Lo dice como un niñe al que se le ocurre ir a comprar helado. La banda no responde pero pone cara de aprobación. El Chicho da vueltas los chorizos. La Bruja pone el punto en el pasacalles. Vicente abre otra botella de vino. La indomable Cachi Mayor ya revolea pinceles poniéndole color y figuras ancestrales al pasacalles de la Bruja. Catulio grita desde el techo que el problema eléctrico solar ya está solucionado. Me acuerdo que el ochenta por ciento de las tareas que no hice hoy algo tenían que ver con la campaña de Juan Grabois. Hay que ver si nos dan los tiempos. Pero definitivamente la idea del chico P es muy buena.
Estas charlas o relatos transcurren en el Valle de Polonia, es decir, Ningunaparte. Son ficción. Ciencia Ficción Jipi. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia. Como diría Marx (Groucho): estos son nuestros principios. Si no le gustan tenemos otros. Pero no seas malo. ¡Votalo a Grabois!