Con viento a favor
Por: Santy Rodriguez – Ilustración: Chechu Mancilla
Ando buscando hermanos que se sumen a rescatar la flor que está perdida.
Trataron de ocultarla los ladrones
pero perfuma el aire todavía.
Ando buscando hermanos soñadores
Que sientan en el alma la utopía
de luchar por un país donde la vida
sea digna del pan de cada día.
Nunca se apaga el sol damos la vuelta
para que nos acuden los sonidos
El amor de los hijos, la esperanza
y las suaves caricias sin olvido.
Ando en busca de hermanos generosos
Los que tienen el alma de guitarra
Forjados en la lucha cotidiana.
Los hijos de la greda solidaria
Tallados en el choque con los vientos
Los del corazón noble y mano firme
Esos que no permiten la mentira
y que construyen nidos, todavía.
Nunca se apaga el sol, damos la vuelta.
No existen los tiranos inmortales.
Hay que arrojar el lastre que nos hunde
y sacarse de encima tantos males
Para que crezca la esperanza nuevamente.
Hay que limpiar la mesa de los días,
tirar a la basura el miserable,
y recobrar el pan y su alegría.
Sé que cuando en la lucha nos juntemos
en contra del bandido mercenario
Florecerá la vida verdadera
que al final de la lucha nos espera.
Hermano – Miguel Ángel Toledo
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Las crisis se agudizan, los discursos de odio que la derecha acciona a diferentes personas y territorios se renuevan para seguir criminalizando, reprimiendo y accionando políticas de hambre que nos excluye del debate importante por un país para todes. Que las cosas están cada vez más caras, que la plata no alcanza, que la policía se lleva a nuestres pibes, que laburo no hay, que proyecto político para satisfacer las necesidades básicas que se nos están vulnerando hace un buen tiempo a esta parte, tampoco.
Sin embargo hay nuevos aires con un viento a favor, una renovación paradigmática que nos posiciona como sujetxs politicxs historicxs del territorio que nos rodea. De una realidad que pisamos todos los días y que somos capaces de poder transformarla, porque hay mucho en juego y las voces populares, desde abajo, pueden generar cambios transformadores que también nos abran las puertas para pensar en una argentina más humana o quizás una argentina donde quienes resistimos seamos parte también de las representaciones políticas de una clase trabajadora, una clase empobrecida, una clase popular. Una identidad de clase, que sea parte de una argentina donde se representen los intereses que se nos han negado y quitado históricamente.
En todo el país resuenan las voces desde el hartazgo, con un abrazo, un abrazo militante que contenga también la alegría del encuentro. En la ciudad de Río Cuarto el Frente Patria Grande -con Florencia Sevila como referente, docente y militante territorial- junto con un conjunto de compañeras y compañeros vienen generando ese abrazo o ese encuentro que nos permita proyectarnos a una Argentina para todes. Con un viento a favor que flamee una bandera política que diga para todes todo.
¿Cómo comienza la construcción del frente en la ciudad?
Nosotras en Río Cuarto venimos de la militancia feminista desde Ni Una Menos hace ya 8 años, pero necesitábamos una cuestión de anclaje, una referencia nacional ante la situación compleja, dolorosa; y viendo a lo largo del tiempo cómo se venía dando la realidad social, necesitábamos una direccionalidad nacional. Mala Junta fue esa direccionalidad, sobre todo por los Encuentros Plurinacionales en donde íbamos y nos convencían las propuestas que llevaban las compañeras de ese espacio. Encontrarla a Ofelia Fernández en los Encuentros Plurinacionales, escucharla hablar y ver que era de Mala junta y del Frente Patria Grande motivaron los primeros acercamientos. Un tiempo después, una compañera se fue a vivir a Buenos Aires y empezó a militar en Mala Junta, entonces, con más razón, la cercanía de decir “es por acá”. Nos presentamos en sociedad, si se quiere, el 17 de octubre, Día de la Lealtad Peronista, salimos a hacer una pegatineada por la liberación de Milagro Sala con la consigna “Lealtad es liberar a Milagro”, y empezamos justamente desde Mala Junta -que sería la rama feminista del Frente-. Después, ya empezamos a pensar que también es necesario construir poder, porque siempre son los mismos los que lo ocupan. Siempre nosotras quedamos relegadas a hablar de género como si no pudiéramos hablar de geopolítica, como si no pudiéramos hablar de economía, como si no pudiéramos hablar de educación, de salud y en su momento -ahora sí- el feminismo ni siquiera era tenido en cuenta desde los derechos humanos. En un punto también esas luchas se fueron dando a medida que fuimos ocupando los espacios y empezamos a ver que también tenemos que ocupar los espacios en lo que es un armado partidario. Ahí empezamos a conformar la organización como Nueva Mayoría que es una de las orgas que conforma el Frente Patria Grande. Ese fue más o menos el camino, que sigue siendo el venir desde un movimiento social, feminista, desde los movimientos sociales y populares.
Venir de una militancia territorial, feminista y popular te curte de otra manera para llevarla adelante como bandera política.
Totalmente, en ese sentido el Frente Patria Grande es eso lo que tiene para aportar a la política. Es ese venir de esos movimientos sociales, porque son esas compañeras y esos compañeros que, o bien vienen del barro, son el barro, han estado sin comer, han estado sin dormir, han estado sin medicación, han estado sin derechos, es decir, vienen del barro o bien han llevado la política como solidaridad, entendiendo la política como solidaridad, la política como servicio al pueblo. Y así, sentir o vivenciar el dolor ajeno, que no nos dé lo mismo tener los derechos que tengo, y que personas a mí alrededor, en la escuela, en mi espacio laboral, en la calle, en el barrio, no tenga esos mismos derechos.
Esa cuestión de militancia desde los movimientos sociales es entender la política como solidaridad y es lo que decía Hebe en un punto: pensarnos como militantes cada día que nos levantamos y pensar qué podemos hacer por el otro. Me parece que esas características del Frente, de los cuadros que lo conforman son un ingrediente fundamental para contrarrestar a esa política más rancia, más del caretaje, más de la manito la pongo de tal manera, cómo me pongo para la foto, que traje me pongo. Esta política que viene del movimiento social sabe a quién se dirige y que, como sabe a quién se dirige, sabe qué propuestas tiene y las muestra de manera concreta. La territorialidad de hacer otro tipo de política da otra perspectiva. Esto da también otro coraje al momento de enfrentar las cosas, una no tiene cierto temor a decir ciertas cosas cuando los derechos no están cumplidos. Cuando se tiene hambre, cuando se ha pasado hambre, no se tiene ese mismo parate o ese mismo freno que sí tal vez tiene otro de otra clase social. Me parece fundamental ese aporte de los movimientos sociales, de la organización, del Frente Patria Grande sobretodo que tiene compañeros y compañeras que después del 2001, del desastre del 2001, convergieron a comenzar a hacer otro tipo de política que en esta instancia nos está permitiendo tener un candidato a Presidente que es la síntesis de todos esos años de militancia, que es la síntesis de todos esos intereses que responden al pueblo y que son del pueblo.
Construir esa historia es ser fieles a esa misma.
Tener en cuenta todas estas diferentes cuestiones y qué intereses se representan es ser fieles a nuestra historia. Traer conceptos como memoria histórica que son de los 30.400 cuadros que nos faltan, digo, esos 30.400 desaparecidos y desaparecidas hablaban de memoria histórica, las abuelas y las madres hablaban de esa memoria histórica. Es ser fieles a esa memoria para no olvidarnos de dónde venimos, saber así hacia dónde vamos, con quiénes vamos, cómo vamos a ir y qué vamos a hacer. En ese sentido, me parece que esas consignas son importantes, al igual que “Patria y Corazón Para Cambiar la Historia”, porque pone el cuerpo en el medio. Me parece que son consignas que representan muy bien lo que es el Frente. El corazón en la mano, ¿no? Y sabiendo que ese corazón es militante, sabiendo que ese corazón le pone mística a la política también, y que hubo un tiempo en que esa mística se fue perdiendo y que es fundamental para comunicar lo popular. Esto del Gauchito Gil, los iconos populares, del Diego en las banderas que son del corazón de los pueblos. Nuestro pueblo cree en eso y el poder reconocerlo es una forma de estar con el pueblo, de ser el pueblo.
¿Ir al frente en estas elecciones tiene que ver con no solo disputar diferentes cuestiones sino que también recuperar lo que nos han quitado?
Si, y sobre todo en este tiempo de campaña la gente viene y se nos acerca queriendo participar, queriendo ser parte, queriendo recuperar lo perdido y hay desde compañeras y compañeros expresos políticos que nos dicen “Mis compañeros y mis compañeras dieron la vida por la liberación nacional y yo quiero venir a esta Liberación Nacional”; hay docentes, trabajadorxs de la salud, trabajadorxs de la cultura, jóvenes que se reconocen en la necesidad de recuperar estos conceptos, estas luchas. 30.400 cuadros nos desaparecieron, cuadros políticos, cuadros sociales, cuadros culturales, y en esa pérdida encontramos acá una forma de recuperarnos para vencer, y en términos de vencer nosotras nos referimos a vencer en convicciones, a tener victoria en las convicciones, en que triunfen nuestros ideales, nuestros sueños, nuestros ideales militantes que es vivir en una sociedad, un país y una ciudad más justa.

¿Cómo pensar al hartazgo como forma de poder organizarnos sin que se derechice el discurso?
Yo creo que el neoliberalismo se encarga de pensarnos solos y solas y el peronismo nos demuestra que no se puede ser feliz en soledad. En un punto se van encontrando esas cuestiones, esa mística militante de encontrarte con un compañero y una compañera que tiene ese piripipí digamos y que te invita a esto: a compartir el mismo sueño, compartir una misma voluntad, un mismo interés, sabiendo que esos sueños, esa voluntad, ese interés, tienen una concreción y eso me parece que es lo que el espacio del Frente Patria Grande muestra. Se muestran propuestas que son concretas: hay una diputada cartonera por primera vez en la historia; en Buenos Aires la Jackye Flores se encarga de todo lo que es la cuestión de urbanización, una piba de la villa que está encargada de urbanizar esas villas. Entonces, una ve esas referencias, una ve esos cuadros políticos y entiende que se puede. Tenemos la creatividad, tenemos la ambición, tenemos la inteligencia, hay que juntarnos y concretarlos. Me parece que en ese sentido es un poco lo que llama la atención del Frente, lo que llama la atención de Juan particularmente, el ver cómo a lo largo de su historia militante desde pibe del 2001 hasta ahora, que está siendo candidato a presidente, ha ido concretando esas propuestas y ha ido mejorando las condiciones de calidad de vida de la gente, ha ido mejorando las propuestas, las lecturas políticas. Su propuesta es concreta. Ya sea desde lo ideológico, ya sea desde lo pragmático, poniendo la política en el centro, y en el centro de esa política está la persona. Me parece que también esta cuestión de una Argentina Humana es también la otra invitación ¿no? Porque queremos ser más humanos. No queremos ser más esta humanidad, en términos de la Susy Shock. Queremos ser más humanos, queremos ser más amorosos con el otro, queremos vivir en un lugar habitable y queremos que nuestros horizontes de posibilidades sean mejores y sean los que nos potencien en ese sentido y creo que eso de poner el humanismo en el centro, de poner una persona en el centro hace una gran diferencia en ese sentido.
Hacernos cargo de nuestra realidad y creernos también capaces de poder transformarla o nosotras mismas hablar por ella. Y con toda la responsabilidad que eso implica, es muchísima responsabilidad pero que va con ese deseo de querer vivir otra cosa. No solamente deseo si no que hay necesidad, necesitamos vivir en otra ciudad, necesitamos vivir en otra provincia, necesitamos vivir en otro país que apunte a esa calidad humana y que podamos construir en esos términos sabiendo lo que implica la responsabilidad de esas construcciones. La responsabilidad es esta me parece: el poner la política en el centro. No es fulanito de tal, menganito de cuál, que tiene un currículum militante o político o lo que sea y viene haciendo una carrera entre comillas que no puede bajarse para seguir continuando en el poder, sino que es apuntar a este otro tipo de construcción donde esté claro el programa, esté claro lo que se quiere y cuál va a ser la estrategia. La responsabilidad es esa: construir una ética política para representar esos intereses y esa ética se construye colectivamente, no se construye solo, en base a nombres ni nada sino que se construye colectivamente para representar y ser fieles a nuestro pueblo