Si yo fuera presidenta (1era parte)
Nuestra compañera periodista y transfeminista Yunga nos cuenta que haría los siete primeros días de su gobierno.
Si yo fuera Maradona
Viviría como él
Porque el mundo es una bola
Que se vive a flor de piel
Manu Chao
Por Yunga | Ilustración: @fuskavisual
1. El primer día de mi mandato como presidenta de Argentina me reuniría con lx presidentx de CONICET y le pediría formar en cada provincia una Comisión de Emergencia Planetaria. No invertiría un minuto de tiempo en gestionar plata, sino que haría una convocatoria abierta para que cualquier investigadorx con sueldo del Estado pueda poner en pausa sus investigaciones y dedicar su energía a la construcción de una nueva forma de organización social.
Como una propuesta inicial pediría formar cuatro subcomisiones: 1) Producción y Gestión de Alimentos, 2) Distribución de las Tareas de Cuidado, 3) Tecnologías de Participación Política y 4) Redistribución Territorial, todas encargadas de articular entre sí para desarrollar una transición ecológica que reemplace al Estado-Nación por una federación de 3 mil comunas autónomas de no más de 30 mil habitantes.
2. El segundo día de mi mandato me juntaría con secretarixs generales de sindicatos de prensa y organizaría una convocatoria para que cierta cantidad de periodistas participen de la Comisión de Emergencia, comunicando día a día los avances de las subcomisiones.
Ese mismo día me juntaría con la Comisión Nacional de Trabajo Agrario y les pediría sumarse a las subcomisiones de Producción y Gestión de Alimentos y Redistribución Territorial, con el fin de diseñar la topología de las comunas que reemplazarán a las ciudades.
3. El tercer día hablaría con lx presidentx de INDEC, pidiéndoles poner una buena parte de la institución a disposición de la Comisión de Emergencia, ya que será muy importante entender bien la distribución actual de tareas y trabajos del Estado para facilitar un diseño de transición que no resulte traumático.
Por la tarde haría pública una convocatoria en la que invitaría a todes les intendentes de municipios de menos de 30 mil habitantes a sumarse al proyecto de la Comisión. El abandono de las ciudades será un proceso complejo que puede llevar varios años, pero muchas de las 150 ciudades de Argentina que hoy tienen entre mil y 30 mil habitantes podrían volverse autosustentables en doce meses.
4. El día 4 me juntaría con lx presidentx de la Sociedad Rural y comenzaría las negociaciones que me permitan tener acceso a tierras cercanas a esas 150 ciudades.
Este es sin dudas el reto más difícil. El progresismo repite “Tierra, Techo y Trabajo” como un mantra, pero la verdad es que sólo una parte muy pequeña de la población está dispuestx a atravesar la guerra civil que sería necesaria para la expropiación de las tierras que tanto reclama la izquierda hace más de cien años. Hay que pensar, entonces, alternativas.
Cuando media Argentina entró en pánico ante la aparición de un monstruo político que no vimos venir (pero que podríamos haber anticipado tras la elección de Trump), el líder del Movimiento de Trabajadores Excluidos advertía sobre un problema demográfico: el 92% de la población argentina vive en ciudades. Como una medida para reducir esa concentración (consecuencia de cientos de años de apropiación de las tierras por parte de un puñado de familias), Grabois hizo una alianza con Massa y gestionó cuatro millones de terrenos destinados a venderse barato y en cuotas a personas sin casa propia.
Con el triunfo de Milei, el proyecto quedó en la nada, pero esa experiencia demuestra que no sería imposible conseguir tierra para las 2 millones de personas que viven en las 150 ciudades de menos de 30 mil habitantes. Con una hectárea por cada omnívorx (media por cada vegetarianx) se pueden cubrir todas sus necesidades alimentarias. Los cuatro millones de lotes de Massa (unas 200 mil hectáreas) alcanzarían entonces para volver autosustentables a las 67 ciudades argentinas que tienen entre mil y 15 mil habitantes.
¿De dónde sacamos las 45 millones de hectáreas que necesitamos para alimentar bien al resto de les argentines? Con un costo promedio de 4 mil dólares por hectárea, estamos hablando 180 mil millones de dólares (para dimensionar tengamos en cuenta que el valor de mercado de YPF es de 5 mil millones de dólares). 180 mil millones es una tercera parte de todo lo que se produce en el país (PBI), por lo que evidentemente llevará un buen tiempo hacer esas compras, pero empezaremos de a poco, priorizando las ciudades chicas.
5. Para el día 5 ya contaría con al menos un intendente de una ciudad chica que se haya comunicado para trabajar junto a la Comisión de Emergencia. El primer objetivo será estimar la cantidad de habitantes involucradxs en la producción, industrialización y distribución de alimentos. Si se mantienen las proporciones nacionales, podemos estimar que en una ciudad de 30 mil personas ese número es 2 mil. Esto equivale a unas 16 mil horas por día dedicadas a estos trabajos. Como una medida fundamental en la construcción de una comuna autogestiva y autónoma, las subcomisiones de Producción y Gestión de Alimentos y Distribución de las Tareas de Cuidado deberán distribuir esas 16 mil horas entre las 20 mil personas de la ciudad en edad de trabajar.
Esto es: se necesitan menos de 2 horas por día de trabajo por persona para abastecer de comida a una comunidad.
Las 2 mil personas que hoy trabajan en la industria alimenticia en esas pequeñas ciudades pasarán a tener 6 horas libres por día. Una parte de esas horas es merecido descanso, mientras que otra será destinada a otras tareas comunitarias, establecidas mediante un algoritmo y una bolsa de trabajo que propondré a la subcomisión de Distribución de las Tareas de Cuidado.
6. El sexto día hablaría con los sindicatos de educadorxs. Se abrirá una convocatoria para docentes que quieran participar de las Comisión de Emergencia y dedicar la mitad de sus clases a comunicar lo aprendido. Habrá toda una negociación en relación a la cantidad máxima de docentes que podrán hacer este giro, pues implicará que lx profesorx de matemática hable sobre algoritmos de oferta y demanda en lugar de explicar factoreo, o que lx profe de religión abra un debate acerca de qué sería moralmente admisible prohibir en una comuna cristiana.
7. La madrugada del séptimo día invitaré a mis novies y a les novies de mis novies a la Quinta de Olivos y coronaré mi primera semana como presidenta con una gran orgía.
Ese día no responderé mensajes de trabajo.