CHARLAS DEL MONTE

El Tío Alberto es un chino

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Según las estadísticas del nadaísta Vicente una de cada seis personas en el mundo es china. Los entretelones del año electoral y las traiciones del Tío Albertsam.

Por Tomás Astelarra. Ilustración: @fuskavisual

El otoño empieza a sudar olor a leña, les más desordenades lentamente sienten la necesidad de comprar guantes, gorros y burletes; arreglar la salamandra, tapar las plantas y arbolitos, hacerle un techito o buscar un silobolsa o frazada vieja pa la moto; comprar garrafas, quizás inventar algún romance de invierno pa cucharear desprejuiciadamente e identificar amigues con agua caliente en la ducha. También hay quienes prefieren agarrar la mochila y rajarse al Caribe.

-Algún paraíso climal. Fugarse como las divisas-se esperanza Suipacha Kamacho mientras rebusca en el bolsillo algún billetito pa la birra.

El Mario no sólo rechazó la postulación a intendente, sino que también parece haber encarado un ajuste fiscal en la libreta de fiados hasta tanto pase el invierno financiero.

-No obstante lo cual, les digo que los veo más tranqui que les camaradas de El Bolsón- comenta el Chino Urquiza, que una vez más renunció a habitar los territorios patagónicos al darse cuenta que no contaba con ahorros de supervivencia pal crudo invierno del culis mundis. Nada de frascos de conservas y mermeladas, botellas de salsa de tomate y jugo de manzana, cajones de nueces, bolsas de harina integral, arroz yamani y lentejas, y al menos una tonelada de leña. Ni hablar de les verdes. Los que sirven pa pagar el alquiler o comprar paquetitos en los supermercados. O esas que se fuman pa hacer llevadera la introspección obligada o disfrutar las clásicas zapadas con mate y chapatis. Amen de alguna botellita de licor o champagne de sauco.

Porque como dice esa famosa canción del Suipacha Kamacho: el otoño trae más flores que la primavera.

-Creo que tuve cuatro o cinco intentos de quedarme a vivir en El Bolsón. Siempre llegaba Mayo y yo me veía sin siquiera una frazada de más. Así que paila. A rumbear pal lado del norte. Soy tan vago que quería llegar a Taganga y terminé en Córdoba-aclara el profeta polaco del Día del Ocio.

-Igual insisto. Están re bien. Porque les digo que en Bolsón hay casi tanto milico como en Colombia. Y hasta paracos disfrazados de gauchos liberales con rebenque. Si se toma en cuenta la posesión de la tierra, los jueces y el intendente, me pa que los camaradas ya no viven en Argentina sino en Inglaterra, Italia o Qatar – agrega.

-Che Chino. ¿Y a vos por qué te dicen Chino si tenés pura pinta de árabe?-intenta zafar de las profundidades geopolíticas el Chico P, antes que la banda troskozapatista empiece a vincular a Cristina con George Soros, Joe Lewis y Bill Gates (sobre todo después del rumor que la alianza política que consiguió retener la gobernación de Río Negro la firmó La Campora en Lago Escondido).

-Resulta que con el Chino hicimos un largo viaje por la Patagonia con una banda contiana, tipo Circo del Arca. Cada vez que teníamos que arrancar para un nuevo destino, Urquiza estaba en cualquiera. O trocando un dibujo con una empleada de la estación de servicio por un paquete de bizcochos, o sosteniendo debates interminables con cada Diógenes y Linyera del pueblo, o incluso hablando con los lobos marinos. “¿Y el Nico donde está?”, preguntaba alguno. “En un plan chino”, respondía otro. Y así quedó-explica El Tomi.

– Bueno. En ese sentido el Tío Alberto sería chino-reflexiona Suipacha Kamacho.

-Más allá de que según las últimas denuncias del Berco el excelso profe de guitarra no solo se habría cortado solo para salvarle las papas al gato Mauricio con el temita este del dólar apenas ganó las Paso o habría mentido con el Chapulín Guzmán sobre el acuerdo con el FMI, sino que también con la víbora Beliz Agricultura 4Gates y Santiaguito Mejornodigaselapellido (porque el abuelo se levanta de la tumba pa llevárselo) habrían boicoteado todas las inversiones chinas que ahora nos tienen arrodillados ante el FMI, los sojeros y la runfla financiera, importando jamón de Brasil, fertilizantes de Rusia y energía de Bolivia. O algo así – se apresura a comentar el chico P antes que le peguen a Cristina.

-Bueno. Si lo ves en ese sentido el Tío Albertsam sería un ecologista-se esperanza con esa angelical forma de ver las cosas de manera positiva la Señorita Mayonesa.

-Y vegano-aporta Suipacha Kamacho- No te olvides de la foto con Liz Solari.

-¿Quién?

-Una actriz, modelo y presentadora rubia de televisión nacida en Colombia y con muchos familiares futbolistas-aporta el chico P al tanto de los vericuetos de la farándula política y mediática.

-Lindo eufemismo pa decir tarada-grita el Jipi M desde la rocola

-Todo bien con la diversidad cultural-insiste mientras retoma su asiento en la mesa del bar del Mario intentando sacarle el último culito de espuma de birra a la botella- pero a mi esos veganos me tienen repodrido. Están en cualquiera.

-Es decir que están en China-reflexiona el nadaísta Vicente.

-Como nuestros dirigentes-comenta el Chico Trosko, que desde que se puso una vidriería invita la birra-Bueno, como sus dirigentes. Que están en China mangueando unas moneditas pa las reservas del Banco Central y de paso se llevaron una caja de lapiceras para zafar de las PASO y la interna con los movimientos sociales. Parece que esta semana se juntan los gobernadores en el CFI pa decirle al Tío Albertsam que acepte su condición de enano moribundo y se deje de joder con el bastón y acepte que su lapicera hace rato no tiene tinta.

-No me lo maten al enano que lo necesito pal semáforo-recuerda Suipacha Kamacho.

-La verdá estadística-afirma el nadaista Vicente mientras va apuntándonos con el pico de la botella vacía-es que uno de cada seis habitantes del planeta es chino. Es decir que en esta mesa hay al menos un chino y cuarto.

-Yo chino no soy-afirma enojado el Mario garantizándose que a nadie se le ocurra meter pop coreano en la rocola mientras sirve la birra que le pagó el Chico Trosko.

-Mirá Mario que si vos no querés ser intendente le vamos a ofrecer la candidatura a la cajera del supermercado chino que me parece que a esta altura junta más votos que vos-lo amenaza el Jipi M.

-Mientras vengan con tai chi, i ching, tao, rotiserías y tenedores libres vegetarianos, por mi todo bien con los y las chinas-negocia la Señorita Mayonesa.

– La cosa está jodida. Negociemos Mendieta. Como dice Vicente Luy: “¿Venderle el alma al diablo? Sí, pero cara. Y si se puede, venderle también otras cosas. Y venderle a Dios lo que el diablo no compre”. Por eso es fundamental escucharlo a Juancito Grabois que, entre otras cosas, sabe mucho del diablo, de dios y de China. Y al pibe Vaca Narvaja, que si hace honor a su raíz peronista con la venia de la suegra Cristi. Y al tío Lula. Pensar que el Pocho Perón le mandó unos barcos de trigo a Mao porque estaban cagados de hambre y ahora nos llevan una ventaja de cincuenta planes quinquenales en la vanguardia de la tercera vía-hace memoria el chico P.

-¿Bo decí que exportando choripan a China le devolvemos la tarasca de los Swaps?-se pregunta el Chino Urquiza.

-Yo digo que en vez de hablar de gente que está en cualquiera o en China, levantemos la copa en honor de la compañerada de Calamuchita, Paravachasca y alrededores que este domingo ponen la jeta por nosotres y el pueblo organizado en unas ocho o nueves localidades a pesar del lawfare cordobesista y con proyectos agroecológicos, sociambientales, de cuidado, barrios populares, legalización de la marihuana y hasta internet comunitario con pequeñas factorías que a nivel hormiga están sustituyendo importaciones de China-incentiva al brindis el chico P.

El nadaísta Vicente mira los vasos vacíos y pregunta: -Disculpe camarada. ¿La ronda pal brindis la paga el partido?

El chico P asiente resignado y se promete no perder más tiempo intentando adoctrinar a esta manga de cachivaches.

-Por una patria Libre, Justa y Soberana-levanta la copa el Chico Trosko.

-¡Viva Perón!-grita el Mario mientras el Chico P separa los billetes de las boletas electorales que hace un rato el Jipi M y el Chino Urquiza vienen usando de servilleta o posavasos.