Narcomileísmo
Por Lea Ross
Lo que le pasó a Brenda, Lara y Morena nos lleva a sumergirnos en la más violencia subyacente de la democracia de la derrota. Es decir: esa democracia que no solo pulverizó proyectos emancipatorios, sino también aquella que ni siquiera logra resolver la violenta desigualdad social en el que estamos agrietados.
El narcotráfico es el mercado en cuerpo presente al retirarse el Estado y/o las experiencias más comunitarias y barriales. Es ese mercado en expansión que ha estado atemorizando desde hace varios años, bajo la distracción de los gobiernos y la ineficacia judicial de descongestionar las rutas del dinero que lo sostiene. Y que hasta el día de hoy, no hay claridad frente a las propuestas electorales para concretar esos cumplidos, si es que las tiene.

El actual gobierno de La Libertad Avanza pregonaba una frustrada dolarización endógena. Esto es: que la propia clase media saque sus dólares de sus colchones ante la ausencia de inversiones directas extranjeras. Al no ocurrir ni lo uno ni lo otro, tuvo que suplicar un préstamo inédito a Donald Trump. Hacer circular dólares implicaría dinamizar la economía mediante la compra y venta de autos y departamentos. Eso facilita las operaciones de blanqueo y así convertir dividendos en inversiones para los barrios populares y no tanto para que queden escondidos en los countries.
Si la Escuela Austríaca enseña que toda relación humana implica una relación comercial, entonces será el narco quien se convierte en el sujeto emprendedor perfecto. La batalla cultural se sostiene con cocaína y valijas que vuelan secretamente en aviones desde Miami.
Vuelan
Tenemos dos aviones que exponen el costado lúgubre para este modo de financiar proyectos políticos. Por un lado: el Bombardier Global 5000 en el que viajó la ex-azafata Laura Belén Arrieta, que esquivó cinco de los diez bolsos que se trajo desde Miami para el registro aduanero, generando fuertes sospechas y una serie de investigaciones en curso. Y por el otro lado, el avión Bombardier Challenger que venía prestando el empresario Federico “Fred” Machado a su amigo en 2019, el candidato a presidente y ahora compinche del oficialismo nacional José Luis Espert. Machado, en estos momentos, está en prisión domiciliaria y con pedido de captura internacional, por parte de los Estados Unidos, por estar involucrado en el negocio mundial del narcotráfico, mediante el transporte y lavado de dinero a partir de la comercialización de flotas aéreas, incluyendo posiblemente al vehículo que le entregó al autor de “Cárcel o Bala”.

La recordada foto de 2019 de Espert con su jefe de campaña, Nazareno Etchepare. Al fondo, el avión de Fred Machado.
En ese entonces, Espert viajó a la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro, a presentar uno de sus últimos libros. Quien lo ayudó con el vuelo directo fue el mismísimo Fred, que de hecho nació en esa provincia. “Gracias a Fred Machado por el excelente vuelo”, había arrancado Espert en su alocución. Según pudo rastrear el presente portal, Machado estuvo parado durante toda la charla, apoyado en la entrada de la sala donde se hizo la actividad. Dos años después, el dueño del avión recibió su detención el 16 de abril de 2021 en el aeropuerto de Neuquén, debido a una alerta roja de Interpol.

¿Qué dice la justicia de Texas?
En febrero de 2021, un tribunal del Distrito Este del Estado de Texas, Estados Unidos, ordenó el procesamiento de ocho personas, incluyendo a Fred Machado, por narcotráfico y lavado. En mayo de 2023, ya condenaron a una de las principales cabecillas: Debbie Mercer-Erwin, mientras esperan que la justicia argentina habilite la extradición del único argentino involucrado en esta compleja trama de alcance internacional.
La Luna con Gatillo analizó las 46 carillas que conforman el procesamiento, donde tiene incluido interesantes detalles de los casos. La investigación puso en foco a una empresa llamada Aircraft Guaranty Corporation (AGC), ubicada en la ciudad de Onalaska, Texas, y que se hizo cargo del registro de una gran cantidad de compra y venta de aviones, además de facilitar los trámites para que obtengan sus patentamientos. Un primer dato que llamó la atención a los sabuesos: Onalaska no tiene aeropuertos.

Resulta que los jets que administraba AGC pertenecían a personas extranjeras. La resolución indica que los acusados, ciudadanos de Estados Unidos, ocultaban a las autoridades norteamericanas a los verdaderos nombres que se beneficiaban con estos aviones, como así también el destino de los mismos. E incluso, algunas de ellas resultaron ser transacciones inexistentes, ya que el fin principal era el manejo espurio de dinero, que incluía el lavado de activos.
Paralelamente, Mercer-Edwin creó Wright Brothers Aircraft Title Inc. (WBAT), que custodiaban los fondos de garantía para la compra y venta de jets a cargo de AGC. Estas dos firmas desencadenaron situaciones escandalosas en el manejo espurio de aviones, que tuvieron repercusión mediática en distintos países y que desencadenaron la investigación en Texas. En base a la resolución, se puede mencionar el caso de la aeronave con matrícula N305AG, registrada en 2012, y que en 2020 fue incautado en Guatemala por cargar 1700 kilos de cocaína. En 2018, cuando TWA adquirió la aeronave con patente N241CW, se presentó una declaración de vuelo desde Phoenix, Arizona, hasta Ciudad Juárez. Meses después: ese avión, el N241CW, “se estrelló en Venezuela mientras transportaba 1.200 kilogramos de cocaína para el Cártel de Sinaloa. Aproximadamente el 7 de enero de 2019, TWA solicitó la cancelación de la matrícula para la exportación de la aeronave a México”.

Erwin Mercer, esposada, luego de su condena, saliendo del tribunal de Texas. Imagen del canal WFAA.
Más cercano a la zona caribeña, Federico Machado tenía su empresa de vuelos South Aviation Inc. (SAI), en Miami. Esta firma trabajaba como “intermediaria” entre los compradores externos de aviones de Debbie Mercer-Erwin. Pero al mismo tiempo, Machado tenía otra firma en esa misma dirección, y con un nombre más apegado a las tierras argentinas donde nació y se crió: Pampa Aircraft Financing (PAF), creada en 2018, justo un año antes de prestarle uno de sus aviones a Espert en Argentina.
A partir de la página 21 del fallo, se advierte que el rol de Fred Machado en esta estructura era manejar un “esquema Ponzi”. Para eso, crearon una estafa piramidal que funcionaba de la siguiente manera: un prestamista le otorgaba fondos para la garantía al comprador “trucho”. El dinero se transfería a una cuenta a nombre de WBAT. Luego, se realizaban otras transferencias a cuentas designadas por el propio comprador, que no tenían nada que ver con la adquisición del supuesto avión, que dicho sea de paso se trataría de un vehículo desmantelado o que pertenecía a una aerolínea ajena. Finalmente, el comprador “trucho” adquiere otro préstamo para solventar la transacción descrita, recurriendo a la compra de otro avión guardado en un mundo de fantasía. Y así se repetía el proceso. Siempre siguiendo los párrafos del fallo, se menciona acuerdos para venta de aviones que no eran vendibles, porque pertenecían a empresas de China, Japón e India.

El avión de Scatturice
Así como Federico Machado está siendo mencionado por lo menos desde el año 2021, Leonardo Scatturice es mucho más reciente. Dicen los que saben que, en realidad, trabajó en los servicios de inteligencia en los años noventa. Todo espía acumula contactos y conocimiento sobre manejos informáticos. Por eso no sorprende que, exiliado hace más de una década en Miami, la tierra donde Machado maneja parte de sus empresas, creó un fondo de inversión llamado COC Global Enterprise, siendo supuestamente alguien más sincero en pretender generar dinero con más dinero. Pero aún así, decidió también meterse en el negocio del transporte aeronáutico, al anunciar en junio de este año la compra de FlyBondi para vuelos low cost.
Una revelación de la periodista Florencia Donovan, para el diario La Nación, confirmó que otra empresa de Scatturice, llamada Tactic COC LLC, se convirtió en proveedor de los Servicios de Inteligencia (SIDE), cuyo fin es el arreglo de “reuniones entre oficiales de la Argentina y de los Estados Unidos para temas dedicados al comercio y la inversión”. Scatturice tiene relaciones corrientes con asesores del presidente estadounidense Donald Trump, entre ellos Barry Bennett. Todos ellos organizan la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), que congrega a los principales referentes de las nuevas derechas del mundo, en su afán por librar la “internacional” de la derecha. De hecho, la última se hizo en Paraguay y contó con el sponsoreo de Tactic.

Foto difundida en la prensa estadounidense. De izq. a der.: Leonardo Scatturice, Donald Trump y Barry Bennett.
Meses atrás, el Ministerio Público Fiscal, con la firma de los fiscales Claudio Navas Rial y Sergio Leonardo Rodríguez, confirmaron que hubo “una serie de inconsistencias significativas”, ocurridas el 25 de febrero de 2025.
En ese entonces, un Bombardier Global 5000, matrícula N18RU, arribó al aeroparque Jorge Newberry a las 8:15 horas. Allí viajó, además de los dos tripulantes, la ex-azafata Laura Belén Arrieta, socia de Scatturice y también organizadora de la CPAC. El jet, de color negro, tenía ploteado el logo de COC, el fondo de Scaturrice. Al momento de dar la Declaración General de Vuelo, anotado de manera manual, se consignó que venían desde el aeropuerto Fort Lauderdale (KFLL) de Miami y que cargaban solo cinco bolsos. Pero en base a las cámaras de vigilancia, se confirmó que habían desembarcado el doble de equipaje, e incluso, con ayuda del personal de aduana, recorrieron los pasillos sin que los bolsos sean escaneados, ni revisados. Posteriormente, se confirmó que quien los ayudó a esquivar esas revisiones fue Silvana Abalsamo de Silva, vicejefa de la Aduana en Aeroparque, según se expuso en las cámaras de vigilancia.

En base a los mensajes de Whatsapp de los pilotos, el despegue no se habría originado en KFLL, sino desde Opa-locka (KOFF), otro aeropuerto de Florida cuyas pistas están más reservadas para vuelos privados y, por ende, más fáciles de sortear algunos trámites.
A esto se le suma una revelación de la abogada Natalia Volosin desde sus redes sociales, donde expuso documentos sobre sospechosos negocios que realizó Scatturice en sus tierras no tan caribeñas. En 2022, junto a su pareja, habían comprado dos lofts en South Beach por U$S 6,72 millones, con ayuda intermediaria del venezolano Marco Tiné. El dueño de esas casas era Aurelio Tiné, su hermano mellizo. Lo extraño es que fueron los “propios vendedores” quienes le suministraron a Scatturice un préstamo de U$S 6.048.000, donde incluía una hipoteca y la cancelación del crédito a 30 meses y con intereses. El 25 de febrero de 2025, justo un día antes del vuelo de Arrieta a Buenos Aires, se firma una nueva promesa de pago, con nueva hipoteca y por un monto similar: U$S 5.909.864. “¿Será que, en realidad, [Scatturice] ya se les había pagado y que esta especie de préstamo no era otra cosa que un dibujo, que por cierto es muy habitual en las típicas operaciones de lavado de activos?”, se pregunta Volosin.
Son todos narcos
El escándalo de los aviones de Machado y Scatturice empujó la elaboración de un informe realizado por William Acosta y Jesús Romero para el Instituto de Inteligencia Estratégica de Miami (MSI2), una entidad con sede en el mismo distrito donde trabajan los mencionados inefables de alto vuelo, y que tiene como propósito promover “la estabilidad, la democracia y la prosperidad en América Latina mientras aborda el desafío global que plantea la República Popular China”. Es decir, van acorde a los intereses de Estados Unidos, pero que no ven con buenos ojos esta clase de intermediación con los amigos del capitalismo financiero.
Resulta que el avión donde había viajado Laura Arrieta, si bien es de propiedad de COC Enterprise de Leonardo Scatturice, en realidad estaba registrada a nombre de otra empresa: TVPX Aircraft Solutions Inc Trustee, según los registros de la Federación de de Administración de Aviación.
Para estos autores, este detalle hace sospechar que puede estar ejerciendo una maniobra muy parecida a la de Debra Lynn Mercer-Erwin: “TVPX, una empresa fiduciaria de aviones con sede en EE.UU., se especializa en mantener registros de aeronaves en nombre de propietarios extranjeros, permitiéndoles operar bajo diversas jurisdicciones mientras cumplen con las regulaciones (…). Esta conexión previa plantea nuevas preguntas sobre el uso actual del N18RU, especialmente dado su involucramiento en eventos políticos de alto perfil como CPAC Argentina”. Además, resaltan que el caso AGC/Mercer-Erwin “llevó a un mayor escrutinio de las empresas fiduciarias que gestionan flotas de aviones privados en EE.UU.”.
Y concluyen: “Mientras los interesados continúan exigiendo rendición de cuentas y transparencia, las investigaciones en curso sobre Scatturice, Arrieta y sus asociados subrayan las complejidades de la geopolítica moderna y la urgente necesidad de reformar los mecanismos de supervisión. El recorrido de estos individuos sirve como un recordatorio de las posibles consecuencias de las líneas difusas entre negocios, política y legalidad en un mundo cada vez más interconectado”.
La comunidad libertaria de derecha tenía la expectativa que con el ascenso de figuras como Donald Trump y Javier Milei implicaba una nueva era donde se revitalizaba las relaciones económicas entre personas dentro de un esquema global, sin intermediación de los estados nacionales. Es decir: de evitar el manejo de fondos públicos, suministrado por los maldecidos impuestos, para la cristalización de castas, que son las mismas que mediante proselitismos y clientelismos permitiero la expansión de ese negocio internacional llamado narcotráfico, trata de personas, contrabando, etc.

En una crónica escrita por Ayelén Oliva, para el portal Nueva Sociedad, sostiene que si bien si bien “Trump no nació en Miami sino en Nueva York, lugar donde su padre levantó la enorme riqueza que su hijo ostenta, en septiembre de 2019, cansado de los altos impuestos y todavía en su primer mandato, Trump decidió cambiar su residencia de la sofisticada Manhattan a la tumultuosa Florida”. Así, su reconocida mansión de Mar-a-Lago, “ubicada entre el lago Worth y el océano Atlántico, tiene más peso político en el plano ideológico que Washington”. Citando al analista Juan Gabriel Tokatlian, el estado de Florida, donde está ubicada Miami, “se ha convertido en una especie de panteón de la ultraderecha latinoamericana”. Es decir, en un ámbito propicio para la “transnacionalización de las ultraderechas”. Y para eso, persisten la largada de vuelos internacionales.
Para esas ultraderechas, los trueques por vías más especulativas, como los token u otros activos financieros, serían una salida de escape más loable y menos estatista, como la que se pretendió hacer con el activo $Libra hasta que estrelló a las tres horas de haberse lanzado. Sin embargo, el caso Scatturce y el caso Machado terminan siendo los molinos que recogen la violencia preexistente. La conformación de una “internacional de derecha”, como es la CPAC y que habilita préstamos inéditos desde el Tesoro de los Estados Unidos a la Argentina anarcocapitalista, acelera aún más, y con más torpeza, una de las vías de financiamiento más inmorales, peligrosos y vergonzosos de la casta globalizada como es el dinero del crimen organizado, cuyas tasas de interés se paga con la sangre de lxs de abajo.