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Yo propongo: repatriar a los miles de hermanos indígenas a sus territorios de origen

Contestación de la amta Argentina Paz Quiroga, líder espiritual del pueblo huarpe del Cuyún, al artículo Coronacrisis y Pachakuti ¿No será que las cosas son al revés? de Tomás Astelarra para La Luna Con Gatillo.

Tomás, empezaste la nota convocando a Maquiavello… Y se ha dado por cierto esa máxima de él. El sistema se convirtió en el amo de las almas planetarias… Con la pandemia del miedo los puso a todos quietitos y paranoicos, antes por el virus, ahora porque quieren salir… angustia…y ahí nos diferenciamos los de siempre, los que no le tememos a la muerte porque sabemos que es parte de la vida y nos preparamos para ello. Y en el caso nuestro, nos preparamos para lo que los sabios anuncian hace tiempo. Recibimos los mensajes y aunque no sabemos cómo, nos preparamos para cumplir. Y ahí están las y los que te acompañan, las que bajo los barbijos siguen con alegría cocinando y ofrendando a sus congéneres, con amor del verdadero, del que con un kilo de arroz y varias ollas dan de comer a cientos. Se multiplica la abundancia. Esa es la Ley del compartir, de sentirse parte del otro. Una chispita es parte del todo.

Tus preguntas: ¿En qué creemos? y ¿Desde dónde discutimos? Desde ahí, desde donde nos sentimos identificados. Sentimos y nos duele lo que siente el otro. En cuanto a lo que creemos, es distinto. Hay creyentes de distintas religiones preguntándose cuál es el castigo y esperando el milagro; las corrientes “espirituales” proponiendo meditaciones y ciclos de yoga; los intelectuales, armando escenarios en el living para dar los recitales de guitarra, de canto, de plástica y otros en nombre del arte… Como siempre, el individualismo no se les movió un centímetro. Y el arte de vivir es lo que encuentras vos y tu gente, transformando la realidad y haciendo acciones creativas, sin dejar a nadie afuera… Ese es el arte con mayúsculas en mi concepto. Es lo que venimos proponiendo y trabajando desde hace tiempo ya con el proyecto “Educar para la Vida”, acá en esta casita Huarpe de San Juan. Y por eso no costó retomar la actividad en Koaxa y proyectar a corto y largo plazo. Aprenderemos cómo se hace. La naturaleza nos mostró que la madre tierra se recicla, se fomenta y no detiene su desarrollo. ¡Es Eterna!

Estamos en un momento de no tiempo. Frente a nuevos paradigmas. Nada será igual al tiempo pre-cuarentena. Debemos tener claro que este sistema capitalista, en este nivel de concentración de riqueza y de dominio de la vida en la Casa Grande, ya demostró cuál es su esencia. El neoliberalismo, con su accionar, ha roto la armonía y el equilibrio en la Casa Grande. La destrucción y autodestrucción, llegó a un límite. La vida dijo: ¡Basta! Y ahí estamos.

Tu pregunta: ¿Por qué las clases medias urbanas están tan desesperadas?

Yo te y me respondo: En mi concepción esas no son clases medias, son desclasados. Ni siquiera son clases, son capas sociales. Son las mismas que se fueron formando en el desarrollo desigual como se conformó el país. Vienen desde la Colonia queriendo emparentarse y ser como las clases oligárquicas y dominantes. Son las que dieron la espalda a los ejércitos patrióticos y apoyaron al rey y sus representantes. Son lacayos y serviles y han actuado siempre como colchón entre la gran mayoría del Pueblo y las minorías que gobiernan. Las que siempre estuvieron de parte de los de arriba. Mi experiencia en la vida y en la Lucha, me tocó conocerles bien, oler su rancia esencia. (Y aki hago la salvedad, como dices tú: no todos son iguales). Podremos rescatar de ella a los elementos que han sentido y reflexionado durante la cuarentena… ¿Qué podemos esperar de ellas… de sus ONGS que no solo fueron para evitar impuestos, sino que la mayoría de ellas han recibido los dineros que estaban destinados a los pobres, y que han manejado subsidios, donaciones, etc. ¡No pueden existir más!

Y del Estado, ¿qué podemos esperar? Un estado que albergó 12 millones de pobres, que no comían… que se puede esperar de eso. El fenómeno COVID 19 nos muestra la descarnada foto donde los humildes de villa 31 y 11-14… y otras. Los huecos donde están hacinados los ancianos, en plena millonaria capital. Los desocupados, los changarines, los sin tierra, los sin techo. Esos millones de hermanos que no nacieron en esta cuarentena. Vienen desde muy atrás. Todos los gobiernos han tenido un relato que no coincidía con la realidad. Proyectos solidarios o de emergencia que duran diez o más años. Son proyectos clientelistas que solo contienen a los grandes movimientos.

Aki mi pregunta: ¿No será tiempo que los dirigentes de esos movimientos tan numerosos, que bastaría la cuarta para tomar y habitar millones de hectáreas dedicadas al monocultivo de soja, tomaran las acciones necesarias? ¿Hasta cuándo actuarán recibiendo las migajas del ministerio de Desarrollo Social? ¿O basta con colocar uno o más dirigentes como funcionarios? Las organizaciones sociales no están, en mi opinión, para acompañar las medidas del gobierno, están para exigir que se fijen políticas de fondo soluciones al techo, la alimentación, el trabajo (que son sus consignas), a los derechos conquistados, al cumplimiento de las leyes nacionales e internacionales.

Yo propongo: repatriar a los miles de hermanos indígenas a sus territorios de origen, de donde fueron expulsados. Como así a los millones de hermanos de culturas guarany, coyas aimaras y decenas de otras, que habitan los conglomerados en la capital. El presidente Fernández y su gobierno tienen que agilizar las medidas que solucionen problemas de fondo y no solo políticas de emergencia que perduran para siempre.

Tomás, tengo un par sentimientos y de propuestas que quisiera compartirlas. Desde esta hermosa tierra del Kuyun, ¡TAKIYIHUE!