Sobre unitarios y federales
El país efectivamente parece haber retrocedido a las épocas pre-democráticas y post-revolucionarias de la Argentina. Oligarquía terrateniente del y la capital vs economías populares y caudillos del interior. Una forma más de establecer grietas. O acuerdos.
Aprovechando la visita del filósofo cabeza Kamarada Pacheco, Vicente desarrolla una teoría freudiana acerca de los liderazgos políticos en la Argentina:
-A su magnificiencia Luten Mi Ley habría que hacerle una constelación familiar para liberarlo de esa traumada niñez de violencia que ahora replica y lo hace inmune a cualquier tipo de cuestionamientos a sus maravillosas teorías dignas de cualquier adolescente que se niega a contrastar literatura y calle. Revolución y realidad. Como un niñe poniendo el pucho en la boca de un sapo a ver si realmente revienta.
-Por eso dice que Argentina es una fiesta. Porque acá nadie me va a decir que cuando reventó el sapo con un pucho de niñe se quedó preocupado por el bicho y no celebrando la ocurrencia, para hasta incluso repetirla- aporta inefable el Jpipi.
Vicente lo mira con cara de Cristina cuando alguien interrumpe sus disertaciones. Toma un trago de birra y enciende una tuca de pucho pa continuar.
-Algunes con el tiempo se dan cuenta que Cuba tampoco era un paraíso y Fidel la cagó con los putos y los marihuaneros. Y que el Che la re cagó en Bolivia por gringo ignorante y soberbio. Lo del Evo es más complejo. Otres ya se dieron cuenta que la década ganada no tuvo nada que ver con Cuba o el Che Guevara. No sabemos si para bien o para mal. Algunes siguen soñando con la inefable pero poco práctica ilusión anarquista, o zapatista, o troskista. Con un mundo con pajaritos y algarrobos sanos pero sin personas, o con un sociedad sin hombres. Su magnificiencia Luten Mi Ley cree que las grandes empresas son buenas y que el pueblo no es capaz de matar por un órgano que se venda en dólares. Diferentes caras de la confusión positivista científica patriarcamarxistaliberal de esta crisis civilizatoria.
Toma un trago de birra y enciende otro pucho.
-Al niño rico Mauricio ya le conocemos los traumas. Desde querer demostrarle a su papi que puede ser más mafioso y poderoso que él, a la fobia por China y Cristina (que fueron grandes amigues del Franco) y cualquier empleado que se le rebele o se le cague de risa como hacían en Socma.
Hace silencio. Toma otro trago y apaga el pucho. Para volver a encenderlo cinco segundos después (en una pausa entre este y bolonqui)
-En medio de todo este bolonqui, la mejor líder que tenemos desde el campo popular le agarra un síndrome maternal digno del Palacio Jubilatorio que sostiene a su hijo como heredero de su fortuna política a pesar de haber chocado el auto unas cinco veces. Al final el pibe era nomás ese nene rico de la playstation que demonizaba la prensa caníbal.
El chico P no sabe si putearlo o reconocer la derrota de un sueño adolescente.
-Y…la verdá, la purita verdá- asiente casi con culpa- es que no existe una sola organización que no tenga problema entre su centralismo porteño y la negación de sus bases en el interior a tejer cualquier alianza con La Cámpora, que no dejo cagada por hacer en las periferias. Incluso en el abajo conurbano donde sostiene algunas esmeradas intendencias de esa bien intencionada casta intelectual de niñes bien queriendo tirar una onda desde la soberbia de una academia alejada del barro. Salvo humildes excepciones como el kamarada aquí presente.
El chico P levanta la copa en honor al invitado, que en un encuentro previo de filosofía popular desentramó la peligrosa disociación entre teoría y práctica en la coyuntura de política argenta.
-Al final llegando de la Patagonia, como todos los nueves riques, les pinguines se compraron un chalet en Recoleta y de pedo salen de las oficinas. Lo mas pueblo que tienen a la mano es una manga de clase media progresista lamebotas que solo quieren que le regalen los servicios, algún que otro espectáculo y una moral en alto que les permita escribir editoriales con un buen sueldo-hunde su puñal rastrero en el costado del Chico P el Jpipi.
-Al final el problema, además de la casta empresaria, es la casta porteña. Ambas dos expresadas en una democracia de la derrota que chamuya más de lo que hace-reflexiona Vicente, ya dando por abandonada, ante la esquizofrénica danza de las ideas, sus teorías psicológicas edípicas de la política argentina.
-Ya lo dijo el general: mejor que hacer es decir. ¿O era al revés?-pregunta el Pelusa, que oyó algún bardeo a los porteños y se prendió en la charla.
-Las tres grandes corrientes políticas del empate de tres tercios (que ignoran un cuarto de la población que ni se molesta en ir a votar) son porteñocéntricas. Porque entre las desilusiones de la inescrutable novedad, que era más aceptable que el fracaso conocido, hay una muy tremenda similitud que dios sabe quien va a desenmarañar desde Puerto Madero o la Rosada. Porque además de romperle los bolsillos y retrasarle la llegada de dólares, su magnificiencia Luten Mi Ley, medio que le está rompiendo el orto a les provincianes que lo votaron. Yo no sé que piensan Sturzenneger, Rocca, Elztain, Eurnekian, Bulrich, Caputo o Posse. Pero en su diversidad etnosemántica tienen una coincidencia geográfica poco careteable: ningune sale de la Capital Federal si no es a través de Ezeiza. Ponele que en el mejor de los casos Susana y Halperín viven en una mansión en Punta del Este. O Mauricio se la pasa en Cumelén-se monta a la teorización improducente el Chico Real, que tras un corto pasado libertario, el último asado del fútbol mixto terminó confesando que no le molestaría ser peronista.
-La Cristi también tiene casa en Calafate-observa el chico P, tratando de zafarla, pero bien cerquita de enterrarla. Consciente del pifie, arremete con una teoría digna de su “patrón del bien” River Ospolab (científico turco especialista en peronismo):
-Ahí es donde se vislumbra una nueva corriente peronchofederal que junte la exclusión del conurbano y la pampa húmeda industrial en Kicillof: el cordobesismo fachosojero fiestero (anque jipi de monte) en Llaryora, y el cooperativismo andino de Quinquela. Todo con el apoyo del Juancito Grabois que juega en todo el territorio. Porque: ¿Tanto quilombo con Martín después de haber votado a Massa? No sé la CGT, pero los movimientos sociales hace rato que se alinearon con estos tres personajes.
-Ahí lo tenés a Sergio Tomás: otro porteño o bonaerense trucho de oficina. Como Scioli – aclara el Jpipi.
-Con el sumum porteñocéntrico de la designación del Tío Alberto, referente de un peronismo porteño (PP), que además de tener la misma sigla de la derecha española, está tan derrotado que hasta tuvieron que elegir un radical de candidato-se calienta el chico P.
-Igual, si lo ves psicológicamente- retoma Vicente tras prender su décimo pucho- El Tío Alberto no tuvo traumas de infancia. Fue el presidente más polaco de la historia. No se metió en quilombos, no se hizo cargo de nada, le dio vacunas a les amigues, explicó la pandemia con pizarrón, festejó el cumple a la doña en plena cuarentena en la quinta de Olivos, quedó bien con los jueces, los empresarios, el FMI y Vicentín, recorrió el mundo entre cócteles y discursos bonitos, se tomó el palo a España y hasta sigue siendo presidente del PJ. Un capo.
-Y si lo pensás bien ¿Que diferencia hay entre Perotti y Pullaro o entre Sáenz y Morales? Al final de cuentas el kircherismo se conformó coptando radicales. Después por el moco de Cobos se acabó la onda. Pero si es por perdonar cositas del pasado, creo que ya tenemos prontuario. Que vuelvan Lavagna y Redrado. Indulto al Barba Pérsico y Guillermo Moreno – se entusiasma el chico P recordando la mejor época de Nestor.
-Y…ya lo dijo Axel: hay que componer otra canción. Pero al final de cuentas todas las canciones son medio un choreo de alguna canción anterior. Le pones una voz y una carita nueva, un poco de Lali Espósito de novia con el Cadete, la Ofelia en las redes y la marchita tocada por Bizarrap y en cinco segundos les pibes se unen a la fiesta de nuevo-aporta Pipí desde su experiencia de artista musical multifáscetica (o multifasística).
-Otra arista de nuestra estrategia revolucionaria sexoafectofestiva popular que desborde en su verdadero líder de abajo hacia arriba y de la periferia al centro-se entusiasma Monsel A. De paso, ahora que el Mario le dio vía libre para sus delirios, se toca una de las Manos de Fillippi popularizada por La Bersuit y reversionada por Dillom.
-Brindemos por esa fiesta federal-levanta el vaso el Pelusa, justo en el mismo bar donde alguna vez tomó su trago el Chacho Peñaloza.
Ahí nomás el kamarada Pacheco se lanzá con la teoría de una licuadora popular capaz de impedir la licuadora liberal.
-Mirá, yo en la marcha del 24 vi varias aristas de un calidoscopio que podría ser interesante si conseguimos alguien que lo conduzca, o de una buena vez generamos algún tipo de conducción colectiva. Al menos en Buenos Aires se vio en la marcha que sin la gente que mueven los tranzas de la CGT y el Movimiento Evita éramos tres gatos locos. Pero Juancito más allá que no llevó más de cincuenta personas es el único cuadro potable que tenemos en la tele. El único que realmente plantea las situación desde una historia periférica, una realidad coyuntural de abajo y una planificación estratégica para el futuro. Después, cuando la marcha se disolvió, quedaron un montón de grupejos de activistas sueltos del arte, los feminismos, las ecologías, universitaries o indignades empleades del Conicet que no están encuadrades en ningún lado, salvo quizás alguna asamblea que si las dejamos que prosperen en la terapia grupal y la coptación troskista ya sabemos por experiencia donde terminan.
-Mira si se arma una alianza con funcionaries y rosqueres como les pibes de La Campora, la movilización de los sindicatos, la multisectorial de Axel, gobernadores alineados y un activismo que se deje de debates individuales o sectoriales y acepte que sin un gobierno popular lejos de solucionar algún conflicto puntual vamos a terminar con el país devastado. Hasta quizás más de un jipianarcoliberal se anime a votar – se entusiasma cada vez más, casi al borde del delirio, el Chico P.
-Una intersección intercultural y generacional donde entendamos que a les pibes les interesa la ecología, el feminismo y la economía popular, pero no con alianzas caretas, discursos bonitos, un estado bono y negociaciones espurias con el cuco de que podría ser peor. ¿Qué podría ser peor para una adolescente en este mundo?-se pregunta la Señorita Mayonesa.
-Es que esa es la virtud que puede tener como conducción la generación 2001, que nació huérfana de compañeres asesinades o desaparecides, otres que te echaban en cara haber estado en cana o exiliades o piensan que el paramilitarismo al menos es democracia y miles que aceptaron la derrota frente al capitalismo. Desde las dos fuerzas: negándola, haciéndose sus empleades o con una inquina de empleade rebelde que putea al patrón pero nunca monta su propio kiosko. Si lo pensás bien, hasta hay un montón de viejes que odian a Cristina porque les enrostra en la cara que luego de que el ochenta por ciento de les jóvenes de los setentas dijeron o sintieron o fueron revolucionaries, al final la mayoría terminó empleada por el poder económico concentrado, sea en un banco, la presidencia o el Conicet – esboza Vicente con cara de: vieron que tarde o temprano les iba a encajar una buena teoría psicológica.
-Pero Che: ¿La fiesta entonces donde es? No se olviden del interior del interior. De los chuncanos que discriminan los cordobeses que discriminan los porteños – pregunta y aclara el Pelusa.
-Brindemos una vez más por el Frente de Todes- levanta su copa el chico P mientras el Chico Real festeja con los deditos en V.
Estas charlas o relatos transcurren en el Valle de Polonia, es decir, Ningunaparte. Son ficción. Ciencia Ficción Jipi. Cualquier parecido con la realidad no es pura coincidencia. Como diría Marx (Groucho): estos son nuestros principios. Si no le gustan tenemos otros.